Reseñas en "#24"

El nuevo modelo/dispositivo-bienal

Partiendo de la premisa que una Bienal de Arte es un dispositivo de contemporaneidad que se repite cada dos años, para difundir el arte actual y promocionar turísticamente a la ciudad o región donde se realiza la misma, el vigente desarrollo continuo que plantea la “I Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur” es un caso particular merecedor de un breve análisis.

La BIENALSUR, como se la conoce ya en todos los medios, contempla en primera instancia que el evento no se preparará durante dos años para que suceda, sino que sucederá en ese lapso bianual que plantea. Para ello, durante su desarrollo convoca a artistas, diseñadores, curadores, a través de concursos internacionales; lo que le permitirá regir durante ese lapso de organización sobre la marcha e in situ, tanto desde América como desde Europa. De la misma participan personalidades institucionales de 12 países, entre ellos: Argentina, Perú, Chile, Colombia, Brasil, Paraguay, Alemania, España, Estados Unidos, Inglaterra.

Reinaldo Laddaga, en Estética de la emergencia (2006), al hablar sobre el régimen de las artes -tomado y ampliado de Rancière-, nos explica que “un régimen es un vínculo entre modos de producción, formas de visibilidad y modos de conceptualización que se articula con las formas de actividad, organización y saber que tienen lugar en un universo histórico determinado…” (23), y aclara que ese régimen es similar al concepto de paradigma de Thomas Kuhn: “un marco general que es el trasfondo sobre el cual cobran perfil y significación las operaciones particulares” (ídem). Dentro de estas definiciones, las bienales tradicionales se encuadran como perfectos dispositivos que se repiten y re-producen.

Desde esta perspectiva, debemos asumir que hoy hay un quiebre paradigmático, ya que la BIENALSUR, en sus propias palabras, reivindica la idea de proceso que está presente en todo el arte contemporáneo. No aguarda a una próxima edición para mostrar qué se estuvo haciendo o bajo qué ejes temáticos se plantea la producción artística actual; sino que pretende irse generando y difundiendo durante su desarrollo.

Desde septiembre de 2015 se impulsan jornadas de diálogos en las que participan todos los agentes implicados, incluyendo el público, de manera que la experiencia se va consolidando y tomando forma en su desarrollo. La manera en que se plasman estas actividades, es fuertemente mediática: conferencias vía streaming, presentaciones de performance online para aquellos que no pueden presenciarla, diálogos con artistas, presentación de proyectos artísticos y Works in progress, difusión de cada actividad vía todas las redes sociales, en su web oficial, enlaces externos de otras plataformas; asegurándose que la información llegue a todos, por todos los medios posibles y disponible en cualquier momento con un solo ordenador desde nuestras casas.

Este proyecto cibercultural democrático nos permite acercarnos al evento Bienal, teniendo de antemano mucha información, que no rescataremos finalmente de la mega muestra ni de su texto curatorial, sino del proceso completo previo a su exhibición posterior.

Desde la primera Bienal de São Paulo en 1951, dependíamos del traslado físico y de los alcances de prensa y escritos sobre el evento al cual no todos podíamos acceder de manera presencial. Ha transcurrido un largo proceso evolutivo en las formas tecnológicas y en su apropiación cultural que modificaron notablemente las prácticas del campo artístico; lo que nos permiten, hoy, acercarnos a los sucesos de manera instantánea y sin la necesidad de estar en el lugar de los hechos, o mejor aún, que nuestra locación puede convertirse en el escenario de la propuesta. BIENALSUR persigue esta meta y es, sin dudas, un modelo a tener en cuenta de aquí en adelante.

Valeria Darnet es Lic. en Artes Plásticas y crítica. Artista grabadora y docente UNaM.

Link relacionado: http://bienalsur.org/

Sin lugar para los débiles

En un mercado cinematográfico donde abundan las historias en las que los buenos siempre ganan “casi sin despeinarse” -diría mi papá- encontrar un film en el cual la historia rompa ese cliché tan alejado de la realidad siempre es bueno. Más cuando se trata de los hermanos Ethan y Joel Coen, que una vez más nos presentan una historia simple, adaptada de la novela de Cormac McCarthy, que poco a poco va creciendo hasta volverse tan atrapante como imprevisible.

El film nos muestra a un hombre simple, el texano Llewely Moss (Brolin), quien un día encuentra dinero -dos millones de dólares para ser más exactos- en medio de un escenario caótico de una transacción entre traficantes que terminó mal y decide quedarse con el mismo, sin saber que esta decisión terminará embarcándole en un viaje sin retorno.

Es casi imposible no querer que a ese hombre, con el cual nos sentimos identificado -al final de cuentas ¿quién no hubiera hecho lo mismo?-, le vaya bien, sobre todo cuando hace su aparición Anton Chigurh (Bardem): un asesino a sueldo un hombre que es una máquina de acción sin sentimientos visibles, quien comienza a perseguir Llewely en un juego de gato y ratón. En medio de esta historia está el viejo sheriff Ed Tom Bell (Jones), un hombre simple que heredó el puesto de su padre y se lamenta porque el lugar donde creció ya no es como en los viejos tiempos. La realidad es que la violencia crece día a día, en la que no hay solo un Anton, sino muchos, y el desencanto que le produce esto lo lleva preguntarse si su tarea tiene algún sentido en un mundo cada vez más corrompido.

Haciendo honor al título en español No hay lugar para los débiles, -una de las pocas veces en las que la traducción no le jugó en contra a la película- vemos como en este relato no hay buenos y malos; simplemente hombres movidos por el deseo y sus propias ambiciones.  La apuesta es alta y como dice Anton “hemos estado apostando toda nuestra vida solo que no lo sabíamos”.

Entonces, hagan sus apuestas y buena suerte, ya que en esta tierra de nadie, cada día hay menos lugares para los débiles.

 

Joselo Prado es estudiante de Comunicación Social en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. UNaM.
Ficha técnica
Título original: No Country for Old Men
Año: 2007
País: Estados Unidos
Dirección: Joel Coen, Ethan Coen
Guion: Joel Coen, Ethan Coen (Novela Cormac McCarthy)
Reparto: Tommy Lee Jones. Javier Barden. Josh Broin. Woody Harrelson. Kelly Macdonald.
Género: Drama/ Thriller
Duración: 122 minutos

Link: https://www.youtube.com/watch?v=WN2euKKeO5w

La narración sonora, según Lars von Trier

Lars von Trier (1956), director danés, utiliza una forma de narrar muy característica. A la hora de contar sus películas, no podemos imaginarnos que va ser algo en relación a la felicidad, porque dejaría de ser él. Si hablamos específicamente de la trilogía Melancolía, Anticristo y Nymphomaniac, podemos comenzar a comparar elementos, que se repiten casi como un leit motiv.

Encontramos en sus films, desde un relato sobre el paso de un planeta, encima de los personajes que influye en sus comportamientos , hasta las diversas elecciones sexuales, y los problemas que esto conlleva ser, por ejemplo, adicto al sexo.

Tanto en la trilogía como en Dogville -una película que trata sobre la llegada de una mujer a un pueblo pequeño, en donde todo parece ser muy tranquilo pero no lo es-, es de lo que quiero hablar. En especial, de la forma en que utiliza la música, para contar cada uno de los capítulos de esta historia.

Dogville/ 2003
Opening: Concierto en G /Vivaldi                                            

Melancolía/ 2011
Opening: Concierto en G/ Vivaldi

La música que aparece en los créditos de inicio es la que marca un punto de partida sobre la temática de la película, el género y el color (intensidad) musical o coloratura sonora. Existe una relación de continuidad musical entre Dogville y Melancolía, dos historias contadas no solamente en años distintos, sino también en épocas distintas.

Por otro lado, Nymphomaniac es una película controversial, pero no por eso deja de ser un relato sonoro sumamente rico y variado. Cada uno de los momentos de esta película está marcado, por la intensidad y la dureza que caracteriza a Von Trier, cada vez que quiere contar algo sobre los problemas que nos atraviesan socialmente, en este caso.

El Requiem de Wolfgang Amadeus Mozart, una misa escrita por el compositor austríaco que abarca temáticas cómo el pecado, la crucifixión, la misericordia entre otras cosas, toma un rol sumamente importante en Nymphomaniac.

Cabe destacar que Händel, también tomado por von Trier, compuso una obra llamada el Mesías, que nos cuenta la victoria sobre la muerte y el Pecado, entre otras cosas. Cada uno de estos datos nos hace darnos cuenta de que la elección musical de Lars Von Trier a la hora de darle tristeza y pregnancia sonora a sus historias no es para nada azarosa.

Introitum: Requiem Aeternam (Coro y Soprano)

Lascia Chi´io Piagna- Georg Friederich Händel, Aria de Opera.

“Deja que llore mi cruel suerte, y que suspire por la libertad; y que suspire… y que suspire… por la libertad.
Que el dolor quiebre estas cadenas de mis martirios sólo por piedad; de mis martirios sólo por piedad.”

Finalmente, no debemos olvidar que Lars no se encerró solamente en compositores del periodo Barroco, de los cuales Bach también formó parte de su repertorio, sino también utilizó bandas contemporáneas y disímiles como Rammstein, que aparece en el inicio del film. Asimismo, tampoco podemos obviar al gran artista James Horner (1953-2015), quien fue el director de la orquesta que le dio vida a la música de estos grandes compositores de la historia musical.

Germán Lorenzo Robert es músico, sonidista y estudiante de la carrera de Realización cinematográfica y audiovisual en la ENERC-NEA.

Link relacionado: https://youtu.be/Io18hVVsj2Y

Los Picapiedra

Es sorprendente ver este tipo de propuestas en una editorial grande como DC. En principio, se podría pensar que es un producto que apunta a la nostalgia para vender una historieta reviviendo a un dibujo animado creado en los años 60´s cuyos protagonistas -la familia Picapiedra y sus vecinos los Marmol-, dos familias de clase media con esposas amas de casa, maridos obreros de la cantera e infantes pequeños, desarrollan sus vidas en la edad de piedra.

En mi caso, era el último programa que miraba antes de irme a dormir cuando era un niño, extasiado por los artefactos rudimentarios creados, usando animales con accesorios mecánicos al servicio de los humanos que habitaban Piedradura.

Sin embargo, la historieta toma un giro interesante, ya que en la primera página nos indica como viene la mano, mostrando un visitante en un museo que dice “solo puedo imaginar lo horribles que deben haber sido sus vidas”, refiriéndose a la evidencia de una civilización en la edad de piedra.

Mark Russell se apropia de este universo paleolítico y la saca todo tono de comedia de enredos de la propuesta original de Hanna-Barbera, para crear un retrato brutal y honesto de la sociedad actual norteamericana,  planteando críticas en tono satírico, oscuro y existencial a sus pilares fundamentales: el consumo, el matrimonio, las religiones, la democracia representativa, el racismo, la explotación laboral o el papel de los medios de comunicación en la difusión de discursos políticos intolerantes o para sostener guerras .  Sin dudas, una obra altamente recomendable.

Facundo “Fado” Tejeda Cajas es Lic. en Genética de la UNaM, Artista visual e Ilustrador.

Datos de la Obra
Escritor: Mark Russell
Artista: Steve Pugh
Editorial: DC Comics
Año: 2016

Link editorial: http://www.dccomics.com/comics/the-flintstones-2016/the-flintstones-1