Reseñas en "#15"

Las manos modelan el cerebro

Presentamos, en esta oportunidad, algunas reflexiones sobre el artista misionero Abelardo Ferreyra. Frecuentemente escuchamos decir al artista que las manos modelan el cerebro; nosotros, como hacedores de imágenes, sabemos que existe una estrecha vinculación entre las manos y el proceso de percepción y creación de una obra de arte. Es decir, tenemos presente ese proceso que relaciona el sentir, el pensar y el hacer.

Parafraseando al maestro Abelardo, las manos son intermediarias, medios de comunicación que permiten vehiculizar la fuerza del inconsciente; inconsciente que aclara y produce signos. Signos que hacen ver la importancia de ser hombres y fundamentan la supervivencia como posibilidad y el buen vivir como manera.

La insistencia de Abelardo Ferreyra en la creación de talleres infanto-juveniles refiere, justamente, a la vinculación de las manos con el cerebro, con el desarrollo del ser humano, evolutivo, social, emotivo. A la vez, refiere a la posibilidad de extender las investigaciones artísticas a través de la enseñanza. Abelardo siempre ha hecho esto desde una perspectiva holística incorporando los pilares de la Universidad: investigación, enseñanza y extensión.

Como maestro, marcó el camino de muchas personas, y aún hoy continúa brindando su experiencia y conocimiento a quienes se acercan y quieren conocer el arte. Orienta el recorrido de varias personas. Aunque es muchas veces cuestionado y bastardeado, sobre todo cuando expone sus pensamientos, sus verdades, para nosotros es un verdadero guía.

Como artista es un genio, y tras esta genialidad muchas personas no logran vislumbrar, en sus obras, ese “algo más”.  Muchos genios fueron considerados genios después de años. ¿Por qué nos cuesta tanto valorar la vida y valorar el arte? ¿Por qué tenemos que estar mirando siempre hacia otros países, a otras metrópolis, para considerar artistas o genios a personas extrañas pero que están en el auge de la moda o son considerados artistas sobresalientes por otros? También tenemos la visión, la percepción y el lenguaje artístico para contemplar una obra, reconocer la genialidad en una persona y valorarnos como personas, como artistas.

En la obra de Abelardo sobresale su persistencia en la producción artística vinculada con el SER, con la invención, con la búsqueda y consistencia del ser humano, en oposición al “parecer”. Se ha posicionado frente a modas artísticas y ha enraizado en nuestra tierra teniendo presente la vinculación entre el pasado, el presente y el futuro. Es una genialidad que se enmarca en las distintas perspectivas y acercamientos de las personas que lo conocen; un ser que tras un perfil taciturno y humilde encierra un verdadero tesoro de luz que ilumina y orienta recorridos.

Este pequeño relato puesto En la Mira, busca sumar y no restar, no quiere quedarse observando sombras, ni condenar a nadie con la cicuta, menos que nos la quieran dar de beber. Hace muy poco una crítica mexicana decía que el arte no nos sacará de la crisis pero aporta humanidad; nosotros estamos convencidos que la humanidad que aporta el arte permite ver caminos posibles para salir de las crisis; y sí, las manos y el cerebro tienen un importante correlato en este callejón. Como en el mito de la caverna, hay muchos puntos de luz y muchas sombras pero también a pesar de las cadenas hay manos que desatan; manos como las de Abelardo Ferreyra que ayudan a ver esos destellos de luz que brillan en el camino.

 

Lorena Halberstadt es Licenciada en Artes Plásticas, escultora, docente FAyD.

Imagen: https://www.flickr.com/photos/httpwwwflickrcomphotosnormagladysguastavino/3815333629

Cena con el Dr. Lecter

Raras veces las adaptaciones de libros a la gran pantalla poseen el efecto encantador del texto escrito en sí mismo. Menos aun cuando esas adaptaciones, ya hechas en la industria cinematográfica, son llevadas a la pantalla chica. Sin embargo, las excepciones existen, y en este caso, existe de una manera muy original.

Cuando se anunció el lanzamiento de la serie Hannibal, por la cadena de AXN, mi primera reacción fue la desconfianza. Si bien, las adaptaciones del libro el Dragón Rojo, llevadas al cine con El Silencio de los inocentes, El Dragón Rojo, Hannibal y Hannibal, el origen; tuvieron una impronta importante y fueron producciones aclamadas por la crítica, era lógico dudar que una serie pudiera superar tanto a dichas producciones y menos todavía al libro en sí. A pesar de todos mis prejuicios, decidí verla, y para mi sorpresa, me he encontrado con un producto que superó todas mis expectativas y aplacó mi pedantería al respecto.

Protagonizada por Mads Mikkelsen y Hugh Dancy, Hannibal se nos presenta estéticamente impecable, tanto a la vista como al oído. Cada escena está extremadamente cuidada y los detalles, únicos e imposibles de ser pasados por alto, son el resultado de un trabajo audiovisual considerablemente bien logrado. Durante cada capítulo y a lo largo de todas las temporadas se mantiene un mismo clima; lo que hace a la serie una película de extensas e interminables horas que no nos permite abandonarla jamás.

Existe en ella un acento de superrealismo que nos cautiva. Aquello que puede sublimar nuestros estados de “consciencia”. La elegancia del Doctor al cocinar; la sutileza para psicoanalizar (y manipular) a su amigo y agente del FBI, experto en analizar perfiles de asesinos en serie, Will Graham; la minuciosidad al montar sus obras de arte humanas; la labia e inteligencia para expresar sus conocimientos sobre la historia del arte y la cultura en general; cada elemento nos seduce de tal manera, que simpatizamos con el personaje principal. A tal punto nos atrae, que hasta quizás compartiríamos con gran placer una cena con él, -siempre y cuando no nos sirvan parte de nuestro cuerpo, claro está-. En términos del mismo Dr. Lecter, debo manifestar que, en lo que va de las tres temporadas al aire, Hannibal es una verdadera exquisitez.

 

Valeria Darnet es Lic. en Artes Plásticas. Docente FAyD. Artista grabadora.

Datos de la serie
Título: Hannibal
Dirección: Bryan Fuller (Creator), Michael Rymer, Guillermo Navarro, Vincenzo Natali, David Slade, Tim Hunter, John Dahl, Peter Medak, James Foley, David Semel, Marc Jobst, Adam Kane, Neil Marshall
Reparto: Mads Mikkelsen, Hugh Dancy, Laurence Fishburne, Caroline Dhavernas, Gillian Anderson
Guión: Bryan Fuller, Steve Lightfoot, Scott Nimerfro, Chris Brancato, Andrew Black, Jennifer Schuur, Jeff Vlaming, Jesse Alexander, David Fury, Jim D. Gray, Kai Wu (Novelas: Thomas Harris)
Año: 2013
Origen: Estados Unidos.
Cancelada después de la tercera temporada, una gran pérdida.

Link de tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=pDTzn8y-5kM

Comunicación no violenta…

Creemos que no somos violentos, porque no utilizamos la violencia de manera física. Quizás no consideramos -violenta- nuestra actitud al hablar, que a menudo nuestras palabras ofenden o hieren no sólo a los demás, sino también a nosotros mismos.

El método es simple de la CNV (comunicación no violenta), pero su poder de transformación es extraordinario. Puede aplicarse en todos los niveles de comunicación y situaciones más diversas: relaciones íntimas, familia, escuela, instituciones, terapia, negociaciones, disputas, etc.

A continuación los dos primeros pasos, de forma breve, de la CNV

Observación: actos concretos que observamos que están afectando nuestro bienestar. Esto quiere decir, libre de juicios moralistas que presuponen una actitud errónea o malvada de parte de aquellas personas que no actúan de acuerdo a nuestros valores.

Echar la culpa a alguien, insultarlo, rebajarlo, ponerle etiquetas, criticarlo, establecer comparaciones y emitir diagnósticos son distintas maneras de emitir juicios. Otra forma son las comparaciones, y nuestros deseos en forma de exigencias. Todo esto genera que la otra persona, tenga la impresión de que la estamos criticando, por lo tanto opone resistencia a lo que le decimos. La CNV es un lenguaje dinámico que rechaza las generalizaciones estáticas, “sos malo, eres irresponsable”. Las observaciones tienen que ser específicas del Momento y el Contexto, por ejemplo, “fuiste irresponsable al no llegar a la hora pactada”.

Sentimiento: como nos Sentimos en relación con lo que observamos.

Asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos, lo que hacen los otros, puede ser el estímulo de nuestros sentimientos, pero nunca la causa. No debemos creer que somos responsables de los sentimientos de los demás, eso nos esclaviza. Creemos que debemos esforzarnos constantemente en hacer felices a los demás; y cuando nos parece que no lo son, nos sentimos responsables y obligados a hacer algo para que lo sean.  Se trata de una actitud que nos lleva a ver a las personas que nos son más próximas como una verdadera carga. Hacerse responsable de los sentimientos de los demás puede ser muy perjudicial en las relaciones íntimas. Llegar a una liberación emocional, donde nos responsabilizamos de nuestras intenciones y acciones, donde respondemos a las necesidades de los demás con solidaridad, nunca por miedo, culpa o vergüenza. Así nuestros actos nos colman de satisfacción no sólo a nosotros mismos, sino también a las personas que perciben nuestro esfuerzo.

Tenemos cuatro opciones al recibir un mensaje negativo: culparnos, culpar a los otros, y las dos últimas recomendadas, percibir nuestros propios sentimientos y necesidades, y darnos cuenta de los sentimientos y necesidades que oculta el mensaje negativo de la otra persona.

Ejemplo citado del libro de la CNV:

A: cuando la otra noche me entere de que no ibas a venir, me diste un gran disgusto

B: Tuve un gran disgusto al enterarme la otra noche de que no ibas a venir, porque quería hablar contigo de ciertas cosas, que me están molestando

La persona A atribuye la responsabilidad de su disgusto únicamente a la acción de la otra persona, mientras que B atribuye el origen de su sentimiento de disgusto, a su propio deseo no satisfecho.

Recuerden, los juicios, críticas, diagnósticos e interpretaciones que hacemos de los demás son expresiones de nuestras propias necesidades y valores. Cuando los demás perciben una crítica, tienden a centrar su energía en la autodefensa o el contraataque. Cuanto más directos sea la conexión entre nuestros sentimientos y nuestras necesidades, más fácil será para los demás comprendernos y responder de un modo solidario.

Os recomiendo Comunicación no violenta de PH. D. Marshall B. Rosenberg. ¡Hasta la vista y más allá!

 

Florencia Rauber es Técnica en Medios Audiovisuales y Fotografía, FAyD.

Link relacionado: https://www.youtube.com/watch?v=RDMlFlu8rxo

La Caverna

En un mundo de agricultores sencillos, vive una familia de alfareros. Cipriano, Marta, Marcial, Isaura, el perro comparten costumbres y sentimientos en proceso de extinción y por otro lado existe un mundo que se multiplica desmesuradamente, un pragmático modo de vivir que día tras día ya no se parece al de ayer.

Cipriano y familia van al centro, a conocer una sociedad amurallada que “ya no necesita de un alfarero”, según Saramago, representan la esclavitud de una sociedad neoliberal, atados de pies y manos donde “creen que ven”; y sus cerámicas son sustituidas por plásticos, el diálogo por comercio, y en ambigüedad a la obra de Platón, algunos llegan a la luz entre un mundo sensible y de ideas. El alfarero, su hija y el marido de ésta en ese monstruoso centro comercial buscan la luz.

Esta alteridad donde el desarrollo aniquila lo natural y afectivo en un inmenso caleidoscopio -nos dice el escritor portugués-. Entre sus obras encontramos Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y ahora La caverna, trilogía donde refiere a “la pérdida” y define a la globalización en contra de los derechos humanos, “fábrica de excluidos”.

Un adelantado de los acontecimientos de hoy -los que escapan de la guerra de Siria- se rescata sus palabras en el 2009:

El desplazamiento del sur al norte es inevitable; no valdrán alambradas, muros ni deportaciones: vendrán por millones. Europa será conquistada por los hambrientos” J. Saramago.

 

Liliana Piva es Lic. en Artes Plásticas. Docente FayD. Artista Ceramista.

Datos de la obra
Título: La caverna
Autor: José Saramago
Año edición española: 2001
Año: 2010
Editorial Alfaguara.
Link editorial: https://www.megustaleer.com/libro/la-caverna/ES0135694