La iniciativa comenzó a gestarse muchos meses antes del inicio de la muestra, allá por diciembre de 2014. Puertas adentro, los hilos iban uniendo más jugadores a la propuesta que tenía una consigna clara a seguir, que integraba a todos y que finalmente invitaría a cerrar la idea a los propios espectadores, con ansias de que abandonaran ese espacio de observadores para hacerse partícipes activos de Entramado.
Los fotógrafos (Sofía Schiavoni, Cecilia Sandoval, Constanza Sandoval y Luciano Domínguez) proponían un disparador que conocían sólo ellos y seleccionaban imágenes que luego sólo verían los pintores (Matías Rivas, Joaquín Benítez, Zencilia Ming, Tu Guaina, Valeria Thomas), quienes interpretándolas generarían una nueva serie de imágenes. Estas últimas serían los únicos disparadores para los escritores (Luciana Bobadilla, Santino Brítez, Juan Báez Nudelman) que producirían textos mediante la segunda instancia de obras. Los músicos (Fernando Verón, José Gabriel Benítez) ambientarían el espacio con una composición resultante de estas obras. Al momento de recorrer la muestra, el “público” tomaría un texto, y bajo esas reinterpretaciones, recorrerían las obras sugestionados por una idea.
Tras varias reuniones que intentaban dar forma a Entramado en el momento en que apenas germinaba, concluimos que la propuesta se basaba en un punto de partida que muta ante el fuerte y real hecho de la interpretación y la reinterpretación; y como sucede en el acto de la comunicación, existe la duda ¿Se mantienen los disparadores? El final del juego se da frente a cada nueva mirada.
Entre idas y vueltas, encuentros y opiniones, la trama iba cambiando, se distorsionaba, se agrandaba sin dudas, y requería una y otra vez de consultas, a ver si todo estaba en regla o si nos salíamos de las consignas de la propuesta. Ya cerca de la fecha de la inauguración de Entramado, surgió la posibilidad de hacer en pequeño librito para que los textos tuvieran de igual manera, un soporte atractivo como lo tenían el resto de las obras.
De esta manera, por primera vez y sin haberlo planeado mucho, los cincos poemas que escribí para la muestra fueron impresos en un libro (diseñado por Patricio Diblasi, desde la editorial RayMond). Para mí fue el segundo gran desafío, dado que escribo puertas adentro, en un mundo de papeles que se esconden en mi escritorio -¿o los escondo?-. No suelo mostrar mis escritos, tengo una larga lista de excusas poco respaldables, pero ahora los textos que escribí son de todos, los solté; no existen sólo conmigo, sino con quién sabe.
Luciana Bobadilla es periodista, redactora y correctora del diario Agencia Hoy; aunque sus motores son la escritura y pintura. Integrante del Colectivo Cultural Olga. Vive y trabaja en Posadas, Misiones.
Imagen: http://www.elterritorio.com.ar/nota4.aspx?c=1224626855768775