Reeditar es sinónimo de clásico. Volver a leerlo, volver a escucharlo, volver a tenerlo a disposición para cuando se necesite, como un botiquín de emergencia. Eso es Los Lemmings y los otros de Fabian Casas, hoy reeditado por Emecé luego de 12 años de su primera edición.
Curar o entender las heridas de la adolescencia, esa etapa en la que todos sufren su cuerpo en el devenir loco de los cambios constantes. La edad en que se crea un idioma, se arman tribus salvajes y se desciende a la noche interminable. Como los personajes de Caicedo en Viva la música o los de Anthony Burgess en La naranja mecánica, el dialecto entre los protagonistas es único y pertenece a su época, le pertenece a ellos, que lo entienden y los representa como una ideología o una forma de ser. En el caso de Casas la ideología “pulenta” explota en los relatos presentes en Los Lemmings y los otros, once relatos que trascurren con una fuerza poética donde los protagonistas descubren el amor, la droga, la música, la violencia, el abandono, la invisibilidad, etc.
El nacimiento del amor y la persecución obsesiva de un chico por las calles de Boedo. Diagramar todas las estrategias posibles para encontrarse o encarar a su chica, con una sola cosa en mente: Solo querer vivir… vivir del placer, vivir de lo prohibido, vivir para perder el tiempo… eso parecen decir los personajes de Casas. Máximo Disfrute, columna vertebral de su época, caballero de la masturbación heroica, abanderado en la pelea callejera. Sir Máximo Disfrute recorre, directa o indirectamente, en casi todos los relatos como un maestro que imparte la enseñanza de la calle a los mocosos del barrio de Boedo. Es esa edad, en el interior de la tribu adolescente, donde los jóvenes elijen un nombre de guerra a cada uno de los miembros de la banda un seudónimo que lo llevaras como una cruz el resto de tus días. Dueño de la vereda, conductor de la noche con paradas en los cines, pizzerías y revisterías de la ciudad, dueño del dinero fácil, Máximo imparte el disfrute y la ideología “pulenta” a sus camaradas. Es de esta manera que… “los chicos lo conocen a Máximo Disfrute/ Máximo Disfrute está en el Ital Park/ el Ital Park es grande ¿en dónde lo encontramos?/ ¡En los ojos de sus hijos lo hallarán!
Mientras que estos relatos hablan del placer y consecuencia de la juventud, El gran escritor, El relator y Los cuatro fantásticos exponen con música melodiosa la decadencia del cuerpo y del amor.
Asterix, el encargado merece un punto aparte. Recorrer la ciudad buscando a tu gato y de repente encontrarte con tu satori, ese estado de invisibilidad corpórea que te dispersa por el universo sin límites algunos. El cuerpo ya no duele y ni uno de los tiempo predomina. El pasado, presente y el futuro ya no vienen a golpear la puerta para ofrecer sus productos. Los vellos de la piel se levantan como mástiles electrificados ante la explosión del pecho lleno de aire cálido. Si aún no tuviste tu satori te recomiendo que salgas a buscarlo. Tal vez lo encuentres como el personaje de Casas en una pelea descomunal, donde el cuerpo ya no es una carga y se vuelve invisible.
Podría seguir, pero no quiero pecar de buchón y eso en la adolescencia puede acarrear a una pelea. Da igual, todos terminamos hablando de más de aquella época que nos marcó como piña al hígado, como Máximo en su final, frente a la doctora, tratando de explicar un chiste que no entiende, que ya pasó de moda pero que aún sigue haciendo reír.
Miguel Ortega Bárbaro es Licenciado en Artes Plásticas, artista visual y docente. Reside en San Ignacio.
Datos de la Obra
Título: Los Lemmings y los otros
Autor: Fabián Casas
Editorial Emecé
Pp.: 136
Link del libro: https://www.planetadelibros.com.ar/libro-los-lemmings-y-otros/252263